El cuarto poder.
Hay que jorobarse el daño que pueden llegar a hacer los medios. La Historia está llena de ejemplos en los que la Prensa ha sacado a la luz temas escabrosos. Desde el Watergate hasta la pareja de municipales de Cerdanyola del Vallés haciendo el gilipollas (disculpadme la palabra, pero no he encontrado otra que defina mejor su acción).
Siempre hay un protagonista (o varios) que con culpa o sin ella, quedan marcados de por vida.
No creáis que me estoy desviando demasiado del tema que nos ocupa: Los caballos.
El próximo domingo veremos a un caballo en La Zarzuela (si no se retira antes abochornado) que ha sido protagonista esta semana en los medios de comunicación especializados, por su relación sentimental. Se trata de Libretrasto.
Antes de continuar, quiero dejar claro que lo que vais a leer es real y yo no estoy ni a favor, ni en contra. A mí esto me parece como lo de Olvido Hormigos, que los protagonistas salen vilipendiados, pero en realidad cada uno con su vida (mientras no moleste a los demás) puede hacer lo que le dé la gana.
Y es que en el número de A Galopar de esta semana aparece el siguiente comentario técnico del gentleman Diego Sarabia
Vamos, que nos rebanamos los sesos Carlos y yo cada semana para ver quién es el favorito, para estudiar quién hace bien la distancia, para comprobar los pronósticos de tiempo para saber si lloverá o hará calor... ¡y resulta que todo depende de cómo pasen la noche la gallina y el caballo!
Insólito.
Pero repito, yo en esa relación ni entro ni salgo. Ahora, me parece de mal gusto publicarlo, porque el pobre jamelgo lo va a pasar fatal en el paddock, cuando todos los aficionados a su paso se echen las manos a las axilas y empiecen a gritar "Coo-co-co-co-cooo". Y no digamos el pobre Alfred, que le ha tocado en la salida, en el cajón de al lado. Se va a tener que pisar una pezuña hasta doler para no reírse en su cara.
Nosotros no damos un duro por esa relación y por eso Libretrasto no aparece en la cuarta carrera de nuestros boletos
Al final esto es similar al chiste aquel tan viejo de los dos gallegos que le dice uno al otro:
- Ayer me encontré una sirena, era bien guapa, pero la devolví al mar.
- ¿Y por qué?
- ¿Y por dónde?
Buen fin de semana.
LA PRESILLA
Hoy puede ser el día menos pensado
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