viernes, 7 de febrero de 2014

Sem. 4 La Primitiva

Esta semana estoy mosqueado.

Sí. Estamos a martes (cuando escribo esto) pero llevo una semana ya torcidita. Y es que parece que dejarse la piel trabajando 12 horas diarias no es suficiente. Además del esfuerzo, hay que estar pendientes de las decisiones que toman desde un despacho cuatro gerifaltes, convencidos de que están en posesión de la verdad absoluta y creyendo que representan los intereses del Pueblo.

Perdonadme porque no me gusta hablar de determinadas cosas (una de ellas, es de política), pero es que he recibido un gancho de derecha directo al hígado, que no sé si va a hacer tambalearse a La Presilla; Ahora, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia le parece que los estancos somos unos privilegiados, y se ha propuesto romper con el monopolio minorista del tabaco. No basta con fijarnos un precio que no podemos modificar, con prohibirnos cualquier tipo de publicidad incluso en nuestros propios escaparates, con poner fotos absolutamente irreales en las cajetillas, incluso con tratar de eliminar letras y colores para que todos los paquetes de tabaco tengan exactamente el mismo aspecto. Tampoco es suficiente con bajarnos la comisión de los títulos de transporte hasta lo inmoral, o con crear un canon especial para completar una colección de impuestos interminable. Ahora resulta que hay demasiadas restricciones para poder abrir un estanco.

Y al final, lo que se consigue con todo eso es perder profesionalidad y por consiguiente, calidad.

España tiene un gran tejido empresarial formado por microempresas de menos de 10 trabajadores, y por pequeñas y medianas empresas. Echad cuentas. Si os dais un paseo por vuestro barrio, sea el que sea, todos los bares, farmacias, panaderías, guarderías, perfumerías…, además de crear ambiente y cultura de barrio, crean empleo.

Pero esto es como las compañías de teléfono. ¿A quién se premia? ¿Al que lleva toda la vida? Ni mucho menos: Al que entra nuevo. Yo estoy harto de escuchar hablar de subvenciones para jóvenes emprendedores, para nuevos empresarios, etc.  Y sin embargo, el ultramarinos de Carlos Díez, la papelería de la Avenida de la Albufera o la tienda de ropa de trabajo de la calle Monte Igueldo, por poneros ejemplos cercanos a mi entorno (ya sabéis que yo tengo querencia al Puente de Vallecas)… son negocios que llevan funcionando más de 70 años, han demostrado su profesionalidad independientemente de coyunturas económicas, y nadie les ha regalado nada. Al revés, hay que tener todo en regla (Seguridad e Higiene, Protección de Datos, Prevención de Riesgos Laborales…) no vaya a ser que se presente alguien a hacer una inspección.

Y mientras, ahí tienes a los chinos abriendo las horas y los días que les da la gana, atendidos por niños y con el extintor (traído de China) haciendo de soporte para sujetar el iPad en el que la abuela está viendo la película (por supuesto de chinos).

Otra vez os pido perdón, porque estoy incumpliendo dos normas que me propuse cuando empecé a escribiros estos mails: tratar de ser siempre optimista para intentar ofrecer esperanza e ilusión, y no hablar de política.

Pero es que el otro día escuché en la radio la publicación en el BOE de la creación del nuevo Consejo Estatal de las PYMES, que yo creo que ni ellos mismos tienen muy claro para qué sirve… No os perdáis su composición por favor, porque está claro que cuando os decía antes lo de cuatro gerifaltes, era una frase hecha:


¡Me salen 52 personas!

Y es que esto no puede acabar bien. Algún día (y ya comienzan a surgir casos esporádicos) se va a tensar la cuerda demasiado y vamos a acabar como el Rosario de la Aurora.

Así que esta semana, yo creo que por primera vez, no tengo tanto interés en repartir un gran premio, como en que me toque sólo a mí para coger a mi familia e irme a vivir a las islas Kiribati.

Perdonadme el sermón, pero es que hay veces que uno necesita desahogarse de alguna manera.

Os digo las combinaciones de esta semana:

05.07.10.22.41                    Reintegro: 2
10.15.31.36.43                    Reintegro: 9

Ya sabéis que el sexto número lo tenemos acertado porque jugamos esa combinación 44 veces, con los 44 números restantes.


Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Llegará el día en el que tenga que pasar…


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