viernes, 30 de enero de 2015

Sem. 5/15 La Primitiva

Éste es bastante antiguo, pero me gusta
Un profesor llegó al aula un día con un café en una mano y un saco lleno de armatostes en la otra.
Delante de su clase de filosofía sin decir palabra, dejó el café en la mesa, sacó un  frasco muy grande de cristal, y procedió a llenarlo con pelotas de golf. 
Luego les preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno. Y los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.

Así que el profesor tomó una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco. Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. 

El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí.

Entonces el profesor
cogió una caja con arena y la vació dentro del frasco. La arena fue llenando los espacios vacíos y el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes, aunque estaban convencidos que la respuesta era sí, lo afirmaron con muchas dudas. 

El profesor enseguida agregó la taza de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. 

Los estudiantes reían en esta ocasión.

Cuando la risa se desvaneció, el profesor dijo: 

“Quiero que comprendáis que este frasco representa la vida.

Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, la salud, los amigos y todo aquello que te apasiona. Son cosas que aunque lo perdiéramos todo y sólo nos quedaran éstas, nuestras vidas aún estarían llenas.

Las canicas son las otras cosas que importan, como la casa, el coche
, las vacaciones 
Y la arena es todo lo demás; todas esas pequeñas cosas que contribuyen a hacernos felices (una película, una sonrisa, el mail de La Presilla…).
Pero es importante observar que si ponemos la arena en el frasco primero, no habrá espacio para las canicas ni para las pelotas de golf.

Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes”

Todos los alumnos quedaron impactados con la lección, pero uno de ellos levantó la mano y preguntó que qué representaba el café. 

El profesor sonrió y dijo: “Me alegro de que me hagas esa pregunta; con el café quiero demostraros que por muy ocupada que sea tu vida, siempre hay lugar para tomarse un café con un amigo".
Así que ya sabéis que si venís por La Presilla, tenéis un café pagado  (y si me da tiempo, incluso me lo tomo con vosotros ji, ji, ji, ji…).
Os presento el terrón de arena de esta semana que va a hacer que vuestras canicas se conviertan en pelotas para hacer Pilates
Un abrazo.
¡Ah! Que yo creo que no os lo he dicho: la semana pasada recuperamos 1,60€ y la anterior 1,40€ (estamos que lo rompemos).
Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
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