jueves, 5 de noviembre de 2015

Sem. 42 La Primitiva

Febrero 2.016. Verano

-         Ko na mauri
-         Mmm….
-         Ko uara?
-         Eeeh… lo sien-to no ha-blo gil-ber-tés
-         How are you?
-         Bueno, my english tampoco…
-         ¿Español?
-         Síííí
-         ¡Yo también! ¿Y qué haces tú por aquí?
-         Bueno, es una historia curiosa.
-         Yo tengo todo el tiempo del mundo.
-         Mira, pues en eso coincidimos.
-         ¿Tú no tendrás nada que ver con La Presilla?
-         ¡Claro que sí! ¿Tú también…? ¿Cuántas participaciones llevabas?
-         Te invito a una piña colada y te lo cuento.

Ya en el International Banaba’s Club…

-         La decisión fue rapidísima. No nos lo pensamos dos veces: en cuanto tuvimos los visados y las vacunas de toda la familia, hicimos las maletas.  Al principio pensé que nos íbamos a encontrar con mucha más gente de la Peña  aquí. Como el tío que la organizaba siempre estaba hablando de Kiribati…
-         Víctor.
-         ¿Eh?
-         Que aquel tío se llamaba Víctor.
-         Es verdad. Pues lo que te decía, que al principio creía que íbamos a estar todos aquí y sin embargo luego llegué a pensar que habíamos sido los únicos zumbados que habíamos venido.
-         Seguro que hay más gente por aquí. Date cuenta de que las Kiribati son un montón de islas.
-         Más de 30, eso es verdad.
-         ¿A que no te acuerdas de la combinación que nos cambió la vida?
-         ¿Cómo no me voy a acordar? Fíjate, me acuerdo no sólo de la combinación ganadora, sino de todas las que jugábamos aquel día.
-         Sí hombre… no me lo creo.
-         Mira, eran éstas

-         Increíble.
-         Sin embargo, lo que no tengo claro es la fecha exacta.
-         Pues tuvo que ser la semana de la Fiesta del Pilar.
-         Sí, es verdad. De lo que no me acuerdo es si fue el jueves o el sábado.

-         ¿Sabes lo único que echo de menos?
-         ¿Los emails de La Presilla?
-         Exacto.

NOTA DEL AUTOR: como veréis, el post futurista de hoy es pura ficción. Es casi imposible que suceda; nadie recordaría cuatro meses después las combinaciones que se jugaron aquel día.

Ti a bo, que es “Hasta luego” en gilbertés, que es la lengua que se habla allí.


Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Kiribati: tan lejos, tan cerca


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