viernes, 23 de febrero de 2018

El mejor momento histórico

No nos damos cuenta de la suerte que tenemos.

Si echamos la vista atrás, no encontraremos un momento mejor que el actual para vivir. ¿Os imagináis vivir en la Prehistoria? Joder, qué frío. Durmiendo en una cueva, corriendo detrás (y a veces delante) de los bisontes. O en la época de los Romanos. Si eras patricio, todavía. Pero si no, o te comía un león, o te abrasaba un volcán o te atravesaba la cabeza un bárbaro con su hacha. De la Edad Media, mejor no hablamos. Pertenecer al ejército de Gengis Kan no creo que fuese mejor que vivir en España en el siglo XXI, ni aunque fueras el mismísimo Gengis. Las peleas entre cristianos, judíos y musulmanes en la época de los Reyes Católicos, yo no las querría para mis hijos. Ni me embarcaría en una aventura con Marco Polo, ni con Cristóbal Colón. Vamos, que no. Que como se viaja ahora (aunque sea con Ryanair), no se ha viajado nunca. A partir del siglo XVI, tenías que ser un elegido para vivir regular, porque si eras negro, musulmán, nativo, filósofo, científico, astrónomo o cualquier otra cosa, lo más probable es que acabaras en la hoguera. Y de ahí, y por resumir, pasamos a la Revolución Francesa. Que no, de verdad. Mucha Igualdad, mucha Fraternidad, pero sigo prefiriendo estar a caballo entre el s. XX y el s. XXI.

Porque el s.XIX empieza con Napoleón haciendo de las suyas y después está plagado de guerras por todo el mundo: Argelia, China, Crimea, Estados Unidos, la guerra franco-prusiana, la anglo-afgana, la ruso-japonesa… y ya para terminar, las dos Guerras Mundiales de la primera mitad del s.XX.

Pero es que si echamos la vista al frente, con la gestión de plásticos, combustibles, agua y demás recursos que estamos haciendo, y el poco respeto por el Medio Ambiente, yo no sé los hijos de nuestros nietos cómo van a vivir.

Nosotros mientras, levantamos una palanquita y nos sale agua (además elegimos la temperatura a la que la queremos), pulsando un botón tenemos luz, calor... Tenemos la oportunidad de hablar al instante con una persona que está al otro lado del planeta (incluso de verla), y por supuesto, tenemos alimento a nuestro alcance. Es más, sería una “privación de Derechos Fundamentales” no poder hacer tres comidas diarias.

Vamos, que vivimos de puta madre.

Pero como el Género Humano es como es, pues ya nos buscamos nosotros mismos nuestras movidas para no estar tranquilos: Como os digo, podríamos vivir muy bien, pero no. Hay que conseguir metas. Es necesario vender un 10% más que el año pasado. Si no, estás jodido. Bueno, más que jodido, estás despedido. “Porque la vida es como montar en bicicleta: si te paras, te caes” es lo que te dicen.

El otro día vino un promotor de una de las multinacionales más importantes en el sector tabaquero, y me dijo que el objetivo de este año respecto a un producto novedoso que tienen, es multiplicar las ventas del año pasado por 4 ¡Olé!.

Somos así. Nos gusta complicarnos la vida. Decidme quién de vosotros no tiene unos objetivos casi imposibles para este año, que por supuesto, aumentarán un 10% el año que viene.

Yo creo que estamos tratando de ir a la velocidad que no es. Y tarde o temprano, nos vamos a acabar dando una leche.

Por eso, desde ayer, tengo un nuevo ídolo: Sèbastien Bras. El chef del restaurant Le Suquet, situado en un pueblecito francés que se llama Laguiole.

Este tío ha solicitado formalmente que le retiren las tres estrellas Michelín que tiene el restaurante. Dice que quiere seguir buscando la excelencia en la cocina, pero sin sentir la presión de críticos y de comensales que vienen con unas expectativas ya generadas.

Conclusión: que me estoy pensando aumentar un 10% el presupuesto de la Peña para que me dé para una cena con mi mujer en el restaurante de este señor, antes de partir para Micronesia. Eso, o dejarlo todo para vivir una vida un poquito más plena, sin tanta angustia en la boca del estómago. Creo que estoy más cerca de lo segundo.

En cualquier caso, para cualquiera cosa no nos vendría mal a ninguno que mañana salieran estos números


Si saliera alguna de estas combinaciones, sí que iba a ser históricoUn abrazo.


Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Deja de leer esto hombre,
que pierdes productividad.


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