viernes, 23 de febrero de 2018

La Bruja de Oro

En esto que ahora se ha venido a llamar “Marca España”, aparte del jamón ibérico, las playas, el turismo de calidad, los triunfos deportivos, etc. etc. hay otro elemento que ha contribuido de manera muy importante a dar a conocer nuestro país en el extranjero: los grandes empresarios. Ahí están Amancio Ortega, Juan Roig, Francisco González, Botín…

Hoy os voy a contar la historia de otro grande, que aunque supongo que no estará al nivel de estos, tengo que reconocer que es un máquina: Xavier Gabriel.

Eso sí, la voy a contar tal como yo creo que es, y aviso que igual sale un poco arduo (a la par que interesante):

Xavier Gabriel es el dueño de La Bruja de Oro. Es un as de la comunicación. Una persona inteligente que ha sabido dar una magnifica repercusión a su beneficio, de tal manera que éste ha ido aumentando exponencialmente.

Inteligente porque supo ver lo que no veíamos nadie. Y se atrevió a hacerlo. Me explico; nosotros solo podemos pedir 8 ó 10 números concretos de lotería para el sorteo de Navidad, además de nuestros números abonados. Es decir, no podemos pedir los que queramos. Pero sí podemos elegir cómo los queremos recibir.

Se entenderá mejor con un ejemplo: Si mi consignación (es decir, lo que recibo) es de 1000 billetes, pido que casi la mitad sean series completas, es decir, números enteros (en este ejemplo serán grupos de 150 billetes del mismo número) para poder atender a empresas grandes. Luego pido varios grupos más pequeños (de 50 billetes) para satisfacer a pequeñas empresas, clubes, asociaciones, etc. y el resto, lo que nosotros llamamos salpicado, son billetes sueltos.

Esta configuración, que es la típica, nos reportaría 4 números enteros (600 billetes), más 7 grupos de 50 billetes (que serían 350 billetes), más el resto, otros 50, en salpicado. Repito que es un ejemplo ficticio, pero esclarecedor. Total, que recibo 1000 billetes de lotería, pero en realidad, mi posibilidad de dar el Gordo se reduce a 61 números diferentes (4 enteros + 7 grupos + 50 salpicados).

¿Qué creo que hizo Xavier Gabriel en los inicios? Pues simplemente sacrificar a las empresas y pedir el máximo posible en salpicado (que nunca es el total).

¿Y cómo lo hizo para vender tanto número suelto? Creando una web súper potente cuando el resto todavía debatíamos sobre si eso era legal o no.

Conclusión, que mientras la administración de Loterías normal tenía 61 posibilidades de dar el Gordo, él contaba con 600 números diferentes, es decir 600 posibilidades (o más). Esa fue su primera gran decisión. No sé los años que tardó en dar el Gordo la primera vez, pero una vez que lo dio, su habilidad para manejar los Medios de Comunicación y su inteligencia hicieron el resto. Eso, y el dato curioso de que la gente se siente atraída por los lugares que creen que dan suerte. Este último hecho hace que una administración de Loterías que da el Gordo reciba muchísima más lotería (quizá el doble) que en el sorteo anterior. Imaginad qué pasaría si recibiendo el doble de lotería, mantiene la misma estrategia: pues que las posibilidades de dar el Gordo (otra vez) se le duplican (ahora estaríamos en un 1200 contra un 61 de la admón. media).

¿Por qué os decía lo de la habilidad con los Medios? Pues porque este hombre, que es muy espabilado, sabía que tarde o temprano llegaría el día y tenía que aprovechar el minutito de Televisión como si fuera oro. Y en eso lo convirtió. En oro. Tenía estudiado hasta el más mínimo detalle:

· Primero había que afianzar el nombre. Hay que repetirlo mucho para que la gente se quede con él.
· Luego hay que sacar partido al pueblo: Sort es Suerte en catalán. Y eso da muchísimo caché. Estoy seguro que no fue casualidad que instalara allí la administración.
· Y por último, lo más importante: el lenguaje. No es lo que dice, sino lo que queremos escucharle. Él decía “hemos vendido ÍNTEGRO AQUÍ toda la consignación”. Eso significa que ha recibido 1 billete y lo ha vendido entero. Pero la gente nos quedamos con que ha vendido el número entero, íntegro (todas las series).
· “Y además lo hemos vendido por Internet, a través de nuestra web”. Solo un mago de la Comunicación es capaz de incluir un corte publicitario dentro de su propia publicidad, ya de por si gratuita y en el momento de máxima audiencia quizá del año.

Cada vez que da el Gordo, aumenta las posibilidades de darlo al año siguiente, por eso os decía que es exponencial.

Y cuando no lo da, tiene la fuerza mediática suficiente como para seguir encontrando publicidad gratuita. ¿No os suena que un año pago un viaje para viajar a la Luna, por ejemplo? El “astronauta” le llaman en el gremio.

Lo que os digo, un máquina. Y que conste que no lo digo desde el rencor. Creo que es una persona que está o ha estado a punto de reventar el negocio de la Lotería, pero le reconozco su valía.

Estos días, como no podía ser de otra manera, ha salido en Prensa diciendo que traslada su domicilio fiscal. No puede mover la administración de donde está. Loterías no lo permite. Pero da igual, él cambia algún negociete que tenga por ahí montado y ya ha aprovechado otra cuña publicitaria gratuita de un par de días.

Ahora su negocio es tan boyante, que recibe tantísima lotería, que por supuesto que puede hacer frente a la demanda de cualquier tipo de empresa sin rebajar sus probabilidades de volverlo a dar el Primer Premio.

Es más, ha debido llegar (ya hace tiempo) al máximo salpicado posible. Es decir, que todo número que no esté abonado en alguna administración, entra en la consignación de La Bruja de Oro.

Haced la prueba: buscad 10 décimos al azar para el sorteo de Navidad y ya veréis como 7 aparecen consignados allí.

Pero eso no tiene nada que ver con la Suerte. La Suerte la tiene el que comprando allí (o en cualquier punto de España), consigue el número premiado. O el que recibiendo pocos números vende el agraciado. Eso es Suerte. Lo demás solo es fruto de una buena gestión comercial.

Así que siguiendo este método de aplicar la lógica frente al azar, esta semana atacamos a la Bono Loto, que es el juego más barato. El que nos da más probabilidades por el mismo dinero.


Abrazo fuerte.




Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA

Y nosotros mientras…
…ni el re-integro



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