viernes, 23 de febrero de 2018

La Lotería Nacional

2015.

Zaragoza, Juan pierde su trabajo. Después de 20 años en la empresa, casi de un día para otro, la crisis se lo ha llevado por delante. A él y a todos sus compañeros. Pero Juan no se rinde. Decide invertir todo el finiquito que le corresponde en la compra de una licencia de taxi. Josefina, su hermana, está orgullosa de él.

En Avilés nace una niña preciosa (desconozco su nombre) justo el mismo día que Lorena y Ferrán celebran su boda en Santa Coloma de Gramanet.

Cuatro amigos de Villanueva de Alcardete deciden pasar un fin de semana “de tíos” en Madrid. Ya sabes, fútbol, copas… y el domingo, un homenaje en un buen restaurante antes de volver. Pero a última hora, Jesús sufre una rotura del tendón de Aquiles jugando al padel y tiene que quedarse en casa.

Como os decía, la situación económica no es precisamente la ideal. Aún así, poco a poco vamos saliendo todos adelante. Por ejemplo, una cadena de comercios repartidos por la Comunidad de Madrid consigue mantenerse a flote aunque la franquicia que les aporta la imagen no esté en su mejor momento. Mamen, Luis y Laura lo comentan en la última reunión de gerentes de tienda.

España en octubre. Época del año en la que las diferencias de temperatura de los distintos lugares se alejan. Por eso, en Dos Hermanas las noches siguen siendo pegajosas de calor y Mayte no pega ojo, mientras en Monzón, Huesca, caen las primeras nevadas y Gustavo duerme a pierna suelta. Está tan a gusto envuelto en el edredón, que sueña que tiene un décimo que resulta ser muy curioso. Tanto, que en su sueño le dan de premio exactamente, la misma cantidad que pone en el número. Número que coincide con el de la licencia del taxi de Juan y que es el que ve inmóvil Mayte en el despertador digital, en su desvelo nocturno. Y que además, transformado en fecha, coincide con la de la boda de Ferrán.

Josefina quiso regalarle un décimo de ese número a su hermano. Llamó a La Presilla para solicitar el envío de un décimo y justo cuando le atendían pasaba por la ventanilla Tomás, que ya que lo vio, se llevó otro décimo.

Un par de semanas después llamó Jesús para preguntar por el mismo número. Que le dolía más el hecho de que sus amigos se hubiesen olvidado de él a la hora de comprar lotería en un restaurante, que el propio tendón roto. Pero ya no quedaba nada de esa lotería. La única esperanza es que una empresa con varias tiendas por Madrid devolviera algún décimo de los que tenía reservados. Al final hubo suerte y Jesús pudo conseguir su décimo.

Cada uno en un sitio. Distanciados por cientos de kilómetros, pero todos unidos por una misma ilusión. Así es España. Su unidad no depende de banderas ni de decisiones políticas. Es un territorio cubierto de ilusiones, esfuerzos, miedos, orgullos, amistades, amor, frustraciones, alegrías, incertidumbres y esperanzas de todos los que vivimos aquí. Y la lotería es uno de los hilos que nos une y nos cose para que sigamos siendo un gran país.

Del mismo modo, cada uno de vosotros estáis en un punto de España (en realidad, del mundo) y la Peña es la que nos va a hacer dar un salto de alegría a todos a la vez, estemos donde estemos. Espero que sea precisamente con esta participación



Víctor M. de Francisco
     LA PRESILLA
   Tejiendo ilusiones


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