viernes, 23 de febrero de 2018

130 millones

Piénsalo. 130 millones. Es verdad que Hacienda te da un mordisco. Pero bueno, piensa en 104 millones.

Problemas.

Que si le doy uno a cada hermano. “Qué rata, solo uno” será todo lo que oirás. Que si con Fulanito hay que tener un buen detalle que se portó muy bien cuando... Ya estará ahí tu cónyuge para decirte que de ninguna manera. Y si lo propone tu cónyuge, ya serás tú quien diga que no.

Problemas en casa.

Pero una vez que “repartes” lo que consideras, te siguen quedando ¿cuánto? ¿95 millones? ¿100?

Con 100 millones tienes que cambiar de amigos, claro. Porque tu gente ya no puede mantener tu nivel de vida. Y si siempre pagas tú, se sienten ofendidos. Pero si no pagas por no ofenderles, te tachan de ruin. Nada, hay que cambiar de amigos.

Y de casa, claro. Te compras la acojocasa, con vecindario de la Jet Set (ese término ya no se usa ¿no?).

El caso es que tampoco terminas de estar del todo a gusto con este tipo de gente porque a ti, que te pongan un Negroni de Campari a las dos de la tarde para tomar el aperitivo, no te convence. Tú eres más de bravas y tercio de Mahou.

Por no hablar de los gastos de la casa. Que sí, que tienes mucha pasta. Pero aún así no te han educado para tirar el dinero y ese gasto de luz en jacuzzi te duele aunque tengas de sobra para pagarlo.

¿Y el trabajo? Dejas de trabajar, dejas de charlar con los compañeros a la hora del café. Dejas de comerte marrones que en el momento duelen, pero que luego hacen que sientas que las vacaciones te las tienes más que merecidas.

Dejas de tener vacaciones. Porque que tu vida sean unas vacaciones permanentes, créeme, no mola tanto.

Y te vas a jugar al golf. Los martes, al golf. Ese deporte asimétrico al que llegas tarde, porque tus vecinos llevan años practicándolo, y claro, como tú quieres ir a su mismo ritmo, te empiezan a aparecer dolores en grupos musculares que no sabías ni que existían.

En definitiva, que los 130 millones para una sola persona, aparte de ser inmoral, pueden llegar a ser hasta una putada.

Pero ahora cambia el escenario.

Te caen 720.000€ libres ya de impuestos (que lo he calculado). No tienes que repartir con nadie porque es un premiazo, pero no como para ir dando dinero a nadie. Además, el que hubiese querido, que hubiera participado.

Reduces un poquito la cuota de la hipoteca para vivir con más tranquilidad. O directamente te la quitas. Y partir de mañana, sigues viviendo igual que vivías, pero sin mirar en ningún momento la cuenta a ver si hay saldo o esta la cosa chunga. Y dándote esos pequeños caprichillos a los que antes renunciabas.

Y lo más importante: tus amigos también deberían estar incluidos en la Peña, con lo cual el nivel de todos sube por igual. Que un fin de semana queréis alquilar un catamarán por el Adriático... Pues ¡quién dijo miedo! Todos al Adriático.

¿Y de qué depende todo? Pues de que las bolitas coincidan con esto...


Muy importante: animad a vuestros amigos a que participen en la Peña de La Presilla, si no lo hacen aún. Que ellos estén forma parte de vuestra futura felicidad.



Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA
Hoy puede ser el
día menos pensado.






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