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sábado, 29 de diciembre de 2012

Sem. 52/12 El Niño

La inyección.

¿Os acordáis cuando nos ponían una inyección de pequeños?

Yo todavía recuerdo aquella sensación; Empezaba en el colegio, cuando recordabas que al salir, tus padres (normalmente tu madre –eran otros tiempos-) te tenían que llevar al practicante para ponerte la inyección de turno. El resto de la tarde ya lo pasabas incómodo.

Luego, al ver la cara compungida de tu madre, que solía estar tan preocupada o más que tú, no ayudaba nada. Y el comentario de “cariño, si no te va a doler”… eso ya era el remate. Ahí era donde comenzaba la sudoración.

La entrada en la clínica, las batas blancas, la sonrisilla maligna del practicante. Porque seguro que el hombre sonreía con la mejor intención, pero yo ahí siempre he interpretado esa sonrisa como el mayor acto de cinismo.

El dolor empieza al ver la aguja. Ver esa gotita que rebosa, te hacía tensar el glúteo.

Pero nada es comparable con un pinchazo mal dado. Qué dolor.

Y cuando crees que todo ha pasado, notas cómo empieza a entrar el líquido espeso en tu músculo. Yo no tenía edad suficiente para aguantar tanto dolor sin llorar.

Una vez abrochado de nuevo el pantalón, era cuando tu madre te abrazaba con toda la ternura del mundo y te decía aquello de “ya pasó mi rey, ya pasó…” y sabías que aunque todavía te quedaban unas horas de dolor de culo, efectivamente lo peor ya había pasado.

Bueno, pues pasado mañana cambiamos de año y estoy seguro de que cada uva que tomemos va a representar un botón de la bragueta. Vamos a comenzar el año con el pantalón bien abrochado. Con un poquito de dolor todavía, pero sabiendo que esto de la crisis ya tiene que estar prácticamente superado.

El 2.013 va a ser un buen año, ya lo veréis.

Al menos, en lo que a la Peña se refiere, seguro que va a ser mejor que 2.012. Por eso ya he decidido dejarlo por imposible este año. Esta semana jugamos directamente para el Sorteo de El Niño. No nos ha ido del todo mal con el experimento de la Navidad y repetimos en El Niño.

Ésta es la participación, que aunque no ponga nada, hay 160 participaciones. Por tanto, lo que toque, lo tendremos que repartir entre 160.



Esta semana os muestro también lo que viene en el dorso de la participación.


Bueno, no se ve muy bien, pero es un pequeño detallito por vuestra amistad y vuestra paciencia. La cuantía es muy pequeña porque gracias a Dios tenemos muchísima gente a la que agradecer su fidelidad.

Lo dicho, celebrad la Nochevieja como se merece porque va a ser el inicio de una  nueva etapa.

Víctor M. de Francisco
LA PRESILLA